14.2.06

Qué difícil es hacer el amor...

Puesto que hoy es San Valentín, un día que a muchos les inspira ternura y amor, y que a otros nos causa cuando menos hilaridad, vamos a contar algo tierno:
Desde 1919 se llevaba un férreo control sobre los licores en Norteamérica, puesto que en aquel entonces eran el “enemigo número uno” del momento. La Ley Seca entró en vigencia el 16 de enero de 1920. Como es de prever, no desapareció el alcohol, sino que comenzó el trafico de licores. Esto provocaba constantes guerras entre bandas rivales.
Se llamaba Alphonse Capone, en menos de tres años se hizo con el control de casi todo el tráfico de alcohol clandestino. Su poder era inmenso, tenía en sus bolsillos a policías y jueces y a sus espaldas todo un ejército de hombres dispuestos. El principal problema de Al Capone eran los O’Banion, que amenazaban seriamente el poder de Al Capone. Y he aquí el comienzo de la historia tierna: discurría el año 1929, era 14 de Febrero. 7 hombres de los O’Banion estaban en un garaje esperando para recibir un cargamento de licores. En un coche llegaron cinco policías y dos hombres de paisano. Los O’Banion que estaba en “buenas relaciones” con la policía no se inmutaron. Los policías les desarmaron, les pusieron de cara a la pared y los dos hombres de paisano los tirotearon y los mataron. En el coche salieron cinco policías y dos detenidos, así nadie oyó nada más que un tiroteo y vio nada más que la consiguiente detención. Y esa fue la “matanza de San Valentín”, que aparece en una escena de la película Una Eva y dos Adanes (1959, dirigida por Billy Wilder, con Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon).

Y como hablaban de garajes… os dejo esto que va de coches (no os perdais el video), unas pequeñas consideraciones a tener en cuenta antes de comprar uno. Por si el espíritu consumista “tierno y amoroso” habita en vosotros y tenéis dinero suficiente :(

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me resistí y también puse una entrada hoy, jejeje ;op Muy bueno el vídeo, y observo que el forfi está situado en buen lugar, sí señor!