27.2.08

Cómo funciona

Un vídeo semi-instructivo sobre cómo se moverá el mamotreco ese que han montado. Para todos los que teníamos curiosidad.

15.2.08

Como Lester Burnham

Poniéndome al revés y haciendo el pino para ver otra perspectiva.

Queda bien la mezcla del verde y el azul?

3.2.08

Oh, say, can you think?

El sueño americano que duró demasiado y cuando despertaron encontraron que sus neuronas habían desaparecido.

2.2.08

Desde el escritorio de mi cerebro

Evolución. Es un caso claro de que hace falta tiempo para que todo culmine. Tengo dos amigos, lejanos ambos en distancia y sentimiento respectivamente. Con la primera de estas personas acabo de hablar por el messenger y no he dejado de sonreir ni un momento. Vaya, con la de malas experiencias que tuvimos por culpa de la sempiterna materialidad y apariencia! Recuerdo que de algún modo me intrigaba aquella forma de ser que allá donde iba y donde va, triunfa. A lo que voy, que esta persona que ahora se haya un poquito lejos se subió en el tobogán de la vida sin saber o sin esperar lo empinado que era el camino de bajada. Allá descendió a la oscuridad y a la perdición de sí misma, huyendo de lo que hubiesen querido que fuese, haciendo que los demás también estuviésemos confundidos (como una canción que ahora reconozco) y poniendo caras tristonas al verla. Dónde quedó su sonrisa por entonces? Y ahora, la veo y es que irradia felicidad, bienestar, estabilidad y ganas de seguir adelante. Es ella más que nunca después de pincharse con las espinas de la vida. Ha salido adelante, está estupenda y todos estamos bien. Genial.
La otra persona está muy desunida a mí sentimentalmente, en un sentido de amistad. Hace mucho tiempo que no le veo y no se si quiero que ese momento llegue. En mí anida no el mal, que diría aquel, sino un auténtico... pasotismo, indiferencia pura y dura. Como lo de los alemanes: de "freunden" a "kollegen". Es triste, pero supongo que debe ser así. También lo pasó mal, también bajó en el tobogán sin control y ahora tendrá que contentarse con el hecho de que todo evoluciona, todos crecemos, todos aprendemos. No nos queda otro remedio. Es la lección de la vida a través del mal camino... o quizás no tan malo, sino inevitable. El que lo tenga todo, que se guarde bien si nunca lo ha pasado mal. Porque el que verdaderamente ha sufrido, nunca se alegrará por lo que tiene, sino que lo verá como algo normal. Algo que no esperó pero que ahora que ha llegado, no desmerece ningún elogio. Bienvenida seas.