28.11.11

Solo puede haber uno

Muchos dicen de él que es la voz de los ángeles misma. Supongo que fue uno de mis primeros amores musicales. Para quién no! Por lo menos ha sido el que más se ha aferrado a mí y aún me hace temblar y emocionarme, como el primer día. Tengo un amigo que afirma que el día que muera será feliz porque podrá reunirse con él. Para ser sincera, espero ir al mismo sitio que él porque no concibo el mundo sin su voz. Llevo días pensando qué poner aquí, cómo poder explicar lo que para todos, sin excepción, debe significar esa canción que no para de sonar en las finales, ese estribillo tan repetido, ese clásico de los ochenta. Esa ciudad hecha melodía. Y aún así no puedo dejar de pensar en lo que cantaba, en lo que decía. Que no quería vivir para siempre, que quién se atrevía a amar para siempre. Y aquí nos dejó, más solos que la una, soñando que llegará el día en que le dejemos de echar de menos. En que le dejen de imitar, de pretender ser sus sucesores. Pero para nosotros no hay posibilidad de salvación. Nos marcó demasiado.

Puede que ahora esté sentado en una nube mirándonos con ese gesto que siempre ponía al cantar, esa sinceridad, ese rockero puro que nos tocaba la fibra sensible con su voz melódica y fuerte. Esa pequeña persona que se me apareció frente a un lago. Y yo también iba a verle para recordar lo precioso que es todo a su lado. Porque la enfermedad le apartó del resto de mundanos humanos, simplemente maravillados del regalo que era su voz. Pero mientras alguien tararee una de sus canciones, mientras alguien le imite en el vestir, en su bigote, en sus maneras, sabremos que no es él pero aún así él lo habrá inspirado. Y quien aún no sepa de quién estoy hablando, haz click, cierra los ojos y bienvenido al cielo.