23.6.11

Ahora catorce minutos de viking metal

Cierran La Bola de Cristal, al menos eso trae el periódico. El sábado será su última noche. No es que parase mucho por ahí porque la música está muy alta y no es un sitio para estar bailando, hay demasiada gente. No obstante, el sitio está bien y los jóvenes de hoy en día pueden escuchar un poco de calidad y cultura a través de sus altavoces. La cuestión es que también me he enterado que ya cerraron Radio 8, bar cercano en cuanto a distancia y ambiente. Es como el final de una era o algo así. Por la crisis, dicen que lo hacen. Crisis o no, a mi mente viene la imagen de todos aquellos que llorarán el trancazo de estos sitios de culto. Como nos pasó a los de nuestra generación. Acaso no os acordáis del Monster? Qué fue de aquel sitio ahora convertido en un triste recuerdo de lo que fue? Por lo menos dio nombre a la plaza en la que se situaba. Y el Chanel? Lo bueno que era ese sitio! Aún recuerdo sus escaleras estrechas y sus baños minúsculos en los que uno de mis amigos apenas cabía y adoptaba unas variadas posturas para proceder a desalojar la cerveza de su cuerpo. El Berlín, sede incontrolada de heavies y derivados, plasmado en un dibujo estudiantil gracias a las instrucciones de un compañero. El Gótico fue el predecesor del Radio 8 y era punto obligatorio de paso; nos encontrábamos todos allí. Cómo olvidarnos de los altos Stress, Paul&Cía, Chiribí (echado a perder por niñatos engreídos) y Paddock! Lejos queda también el Cadorna, con su inimitable Fernando Largo al frente, sus consejos sobre cómo socializarse y saborear el mejor whiskey. Cuánto nos enseñaste!

Pero esperad, lo se, no me he olvidado. Yo también entré allí y conocí a algunos de sus moradores. La mayoría de mis amigos hablan del sitio con lágrimas en los ojos y maldiciendo los tiempos modernos en los que los sitios de metal se cuentan con los dedos de una mano y apenas llegan a tener un tercio de calidad de lo que había allí. El Mordor se erigía como bastión y emblema de las tachas y el heavy de nuestra ciudad. Henchido de orgullo y personas, el local apenas podía albergar un puñado de valientes que noche tras noche entonaba canciones y obligaba al personal a beber una de aquellas enormes jarras en las que, sin duda, algún pequeño hobbit podría nadar. Caído Mordor ante las presiones de vaya usted a saber qué, apareció el Zeppelin. Casi la misma calle y prácticamente los mismos residentes. Pero también explotó dispersando cenizas a diestro y siniestro que hicieron de La Vega su antecesor, el Barney más tarde y ahora... no sé (se admiten sugerencias)

La cuestión es que todo pasa, todos esos sitios donde le vimos por primera vez, nos abrazamos, nos besamos, bailamos, nos emborrachamos, vimos el baño más sucio de nuestra vida, entonamos aquella canción o perdimos a alguien; todos cierran y vuelven a abrir y pasan los años y cambian y nos encontramos extraños en ellos. Todo sigue su curso pero, afortunadamente, nosotros también maduramos y ante la idea de medio litro de cerveza ya no corremos cuesta abajo por la plaza del ayuntamiento. Nuestro hígado nos lo agradecerá.

16.6.11

Indígnaos pero mucho mucho mucho

Una vez levantado el campamento, recogida la poca cosecha de la siembra de la esperanza y convencidos de que tan solo la vistosa idea de un buen vecino sirve para liberar al sistema de aquellos que lo corroen, todos opinan y se entretienen con el movimiento ese que acaparó titulares y plazas durante unas semanas. Ingenuos! digo yo, mientras todavía se convencen de que ganarán a través de protestas pacíficas... o incluso bélicas. El político es un animal que se asemeja a la garrapata: se pega a su víctima (en este caso, el Estado) y succiona hasta que muere por la explosión de todo su cuerpo, hinchado y extasiado en la propia acción de ingerir. De ahí que el movimiento no deba venir desde fuera sino desde dentro del sistema que, por mucho que digan algunos, resquicios deja a la revolución legal. No obstante, y no queriendo dejarme llevar por la tentación de opinar, vivimos durante un tiempo (quizá unas pocas horas hasta que se arrimaron personas non gratas) una verdadera oposición ante la situación política.
Dicho esto y en el mismo sentido, ahora que están las plazas libres pero que ya sabemos cómo va el asunto (que no nos echan y que tendremos publicidad gratis) digo yo... a qué esperan todos esos licenciados en ciencias de la información, becarios en los diversos medios de comunicación y otros aludidos para salir a la calle a quejarse por esto?

5.6.11

"The more I see, the less I know", Anthony dixit

Claro que nos ha tocado vivir tiempos difíciles, pero no es como si esto fuera la guerra. Claro que lo tenemos crudo si queremos llevar una vida normal, formar una familia y todo eso. Claro que estudiar una carrera no nos ha servido de nada y aspiramos a trabajar de cualquier cosa que nos permita llegar a fin de mes sin comernos la cabeza. Claro que vivimos en una edad en la que somos demasiado mayores para algunas cosas pero aún jóvenes para otras. La política, el medio ambiente, la sociedad, los osos polares, el deshielo, el CO2, internet, los vuelos baratos, las colas por un teléfono, la cosmética, los coches eléctricos, la ropa de diseño a precios populares, el consumismo, la comida oriental, el cine en 3D,... Tantas cosas alrededor de toda una generación, alrededor de un montón de gente que a veces mira tanto hacia afuera que no es capaz de ver lo que lleva consigo. Entonces, en esos momentos, aparecen cuatro chicos del otro lado y cantan algunas canciones para hacer que, aunque las cosas sigan igual, por lo menos estemos orgullosos de haber escuchado música de verdad.

2.6.11

Lo siento, no es lo suficientemente guapo para comprarse un Mercedes

-Buenos días. Vengo por lo de las inscripciones para las plazas de los cursos de mejora de autoestima.
-Buenos días. Sí. Cuál le interesa?
-Me gustaría inscribirme en dos, uno por la mañana y otro por la tarde, es posible?
-Mmm, espere un momento que lo consulto en las bases.
-En las bases no trae nada, las que están colgadas.
-Miraré de todas formas.
-Vale, gracias.
(Un minuto más tarde)
-No pone nada, así que en principio sí que podría.
-Bien, he traído la documentación necesaria y todo eso. Los formularios cubiertos, copia del DNI y la acreditación de estar empadronado en el municipio.
-A ver... Espere un momento que se lo llevo al director.
(Dos minutos más tarde)
-Me dice el director que no vale, que no se puede presentar.
-Cómo? Pero, qué me falta?
-No le falta ningún documento, es simplemente que usted no puede optar a hacer ninguna actividad que el ayuntamiento organice.
-Oiga, qué me está contando? Por qué?
-Órdenes de arriba.
-Cómo que de arriba? Pero esto quién lo dice? Estoy dentro de los requisitos: mayor de edad, empadronado en el municipio y nacionalidad española.
-Lo siento pero no le puedo inscribir.
-Quiero hablar con su director.
-Me temo que eso es imposible.
-Lo exijo, pago mis impuestos! Yo les estoy pagando a ustedes el sueldo! Esto es una falta de respeto! Ahora mismo voy a hablar con él!
(Tres minutos y varios empujones después)
-Pero, qué ha pasado?
-Nada, el tipo ese que quería inscribirse en un curso de autoestima.
-Qué? Pero no lo habrás hecho, no?
-Ni hablar! Mírale.
-Qué vergüenza haber pretendido quitarle el puesto a otra persona.
-Estos rubios musculosos se creen que pueden entrar en cualquier sitio a avasallar a los demás. Quién se creería que alguien como él tiene la autoestima baja?
(Cuatro días después el rubio musculoso encontró un lugar donde apuntarse a actividades sociales sin ser prejuzgado por su aspecto. La asociación de ciegos de su barrio le consideró como uno de los casos más graves de depresión que habían visto. "La gente es muy cruel con la gente diferente", decían)