9.11.06

Un poco de historia al día nos da sabiduría

En España celebramos el día de la hispanidad recordando a aquel hombre que, lleno de ansias de establecer una línea más rápida entre Europa y las Indias, se subió a un barco patrocinado por los reyes católicos y puso dirección oeste. Tanta suerte tuvo el almirante Colón que el 12 de octubre de 1492 observó cómo sus hombres olvidaban el motín anteriormente sopesado para hincar la rodilla en la nueva tierra que se habría de llamar América. Debido a este extraordinario descubrimiento, los españoles celebramos este día con gran regocijo, haciendo el vago y tomándolo como excusa para contarle a los niños que antes se creía que el mundo era plano.
Sirva esta introducción para poner de relieve la importancia de declarar un día como fiesta nacional, encumbrando el espíritu de orgullo a esta tierra en la que vivimos (tierra que no da más de sí, que se cansa de que jueguen con ella y se la rifen al mejor postor... político, claro) En Alemania, sin embargo, su día de unidad alemana se intaura conmemorando la primera vez que la insignia germana ondeó en el Reichstag sobre un mismo estado, reunificado tras la caida del muro; esto ocurrió el 3 de octubre de 1990. Y sí, digo "tras" porque muro ya no había. De hecho, fue un día como hoy, 9 de noviembre, pero de 1989 cuando se dio la orden de derribar el muro. En realidad fue una orden de uno de los miembros del órgano de gobierno de la antigua RDA, explicada frente a las cámaras de televisión que transmitieron la buena noticia a los ciudadanos. Inmediatamente, todos los berlineses tanto de uno como de otro lado, se echaron a la calle resueltos a derribar el muro. Así lo hicieron, y fue un día digno de recordar.
No obstante, hoy no es fiesta en Alemania. Una hazaña de este nivel tan solo podría verse empañada por unos actos que comenzaron lo que años más tarde se llamaría el holocausto. El 9 de noviembre de 1938 se produjeron graves altercados en las comunidades judías de Alemania y Austria como consecuencia de un atentado días antes en París. Fue una excusa bastante pobre pero de sobra justificada para aquellos que llevaron a cabo la destrucción de sinagogas, comercios e incluso cementerios judíos en aquella noche, que pasó a denominarse la noche de los cristales rotos. Miles fueron los judíos detenidos y algunos de ellos, asesinados por el camino, no llegaron a contemplar el horror que aguardó durante años la llegada de nuevos compatriotas. Los campos de concentración estaban preparados y comenzaron su actividad: elevar el número de víctimas condenadas por sus creencias, pasado o situación personal. Por otro lado, la tétrica ironía de alguna profecía diabólica quiso que también fuese un 9 de noviembre, pero en el año 1925, el día de creación de las SS, símbolo inequívoco de la pasividad ante el sufrimiento ajeno, y también de la falta de autonomía por parte de aquellos que obedecían al más incompetente de los retrasados.
En fin, que parece obvio que hoy no se celebre nada en Alemania, porque no hay nada que celebrar en un país que ya no entiende de alemanes y no alemanes; un país donde se dan la mano diversas culturas, con sus más y sus menos; pero que cada día intenta seguir derribando el muro que aún separa la cabeza de muchas personas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

holaaaaaaaaaa que interesante las coincidencias con el 9N, como se diria ahora, no tenia ni idea, creo qu nunca oi nada relacionado con estas fechas tan importante y como dice el nenu de arriba, creo qey tb e acuero de como se hacen raices cuadradas

noewar dijo...

bonita lección de historia, si señora... muchas gracias... yo tb me acuerdo de como se hacen las raíces cuadradas, jeje