4.6.09

Martes de campo, miércoles de ferrocarriles

Ah, esos días de eterna juventud! Esos días de exámenes finales, prisas, nervios! Viendo cómo sale el sol y cómo vuelve a ponerse sin que nuestra postura haya variado lo más mínimo! Pasamos las horas entre libros, apuntes y bolis semiagotados por la vorágine examinal. Ayuda que llueve, porque al menos no se piensa en salir. Llega el fin de semana; tiempo de reclusión, de hastío, de rutina que nos parece sempiterna pero que dura apenas un mes. Luego... ya se verá. Para todos aquellos que estos días os replanteéis la naturaleza sádica de los planes de estudio, sabed que otros también pasamos por ello. A mí me ayudaron mucho ellos; siempre son una vía de escape.

1 comentario:

geier_eins dijo...

¡Ahhh,siiiii!, ¡Que tiempos!, sí, esa pila de apuntes acumulados sobre la mesa, esos fluorescentes de mil colores desparramados por toda la habitación, esas noches en vela,con esos ojos vidriosos, malviviendo a base de cafés con sabor a líquido de frenos rancio de lo "cargados" que los preparaba,esas chuletas "de emergencia", camufladas con mayor o menor fortuna en los lugares más insospechados, esos nervios,que te constriñen la tripa y te hacen correr al W.C .en el momento menos oportuno....etc,etc,etc.
Pobrecillos...
"Bienaventurados los estudiosos, porque ellos gozarán del fruto de su estudio...Septiembre"
SALUDOS