Knowing my fate is defeating you

Supongo que era cuestión de tiempo salir de la línea descendente para encumbrarme de nuevo. Así pues, tras varias semanas de cara larga, mal humor, cabreos constantes y desidia vuelvo a mi sitio. Las conversaciones se hacen odiosas cuando giran en torno al mismo tema. Ayer lo comentaba en voz alta, hablando a todo el mundo, diciendo que los problemas se encaran pero todo aquello que deprima se ha de evitar. Sí, evitar, precisamente porque es algo que no podemos controlar. Así pues, me he decidido por tomar un nuevo rumbo. Antepongo calidad a cantidad, sonrisa a ceño fruncido, sillín a sillón! Las adversidades suelen venir todas juntas y en algunos momentos vienen ayudadas de comentarios e historias que en cualquier otro contexto hubieran sido humo en nuestro cielo infinito. No obstante, cuando estás ahí abajo todo termina encima de tí y simplemente aguantas la presión. Ah, el salir adelante es emocionante. Vivir sin esperanza es lo peor que puedo hacer, y por un momento creí que me la quitaban; por un momento sentí mi querida autoestima, construida por mis propias manos durante años, desplomarse. Fue entonces cuando se me encendió la lucecita. Acaso merezco yo sentirme así? De veras debo aguantar yo todas estas cosas cuando he hecho tanto? Me levanto, me sacudo el polvo y vuelvo a la carga. Así debe ser. Así ha sido. Buen lunes a todos... bueno, a casi todos, hala!