31.1.12

Crisistunidad!

En alemán, según el diccionario de mi repisa, utilizan la misma palabra para felicidad que para fortuna. La felicidad entonces es una cuestión de suerte? Me hace gracia que precisamente hoy aparezca esta casualidad porque me he pasado todo el día pensando en la suerte que me lleva acompañando toda la vida. No me voy a quejar, que para eso hay mucha otra gente que al contrario de todos nosotros (afortunados que vivimos en el primer mundo, con conexión a internet y todo eso); pero lo que no voy a dejar es de fruncir un poco el ceño al mirar alrededor. Prácticamente toda la gente que no se merecía nada bueno lleva una vida estupenda, plena y bastante feliz. Recuerdo haber sido una niña buena, obediente, callada, educada, estudiosa, nada ostentosa, sin tirar nada a nadie en cara (y eso que podía!), respetuosa con mis padres. Tras años de aguantar insultos, desmanes, de ser ignorada, apartada del resto de la sociedad, marginada y eliminada de varios contactos, aprendí que cuantas menos personas, mejor. Así le sacas más jugo a cada una. Pero claro, pasan los años, pesan más los daños (que decía aquel) y a mí me pesan los daños que me han hecho porque los que he hecho yo me dan igual si no han sido a gente querida; y a esa tengo la suerte de tenerla aún cerca y poder disculparme. Así que ahora estoy aquí, delante del ordenador, escribiendo en un blog que nadie lee, bastante insatisfecha con las espinas del camino y pensando cuándo llegará el momento de tirarme en el prao a disfrutar. Y como eso no parece probable que llegue inmediatamente, me tendré que contentar con ir esquivando los pinchos grandes y haciéndome el menor daño posible. Filosofando, escribiendo y sonriendo por si acaso.

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