6.9.06

Quitting is hard, not quitting is harder

De veras, la mejor ley que se ha aprobado últimamente es la ley antitabaco. Cosa fina, oiga! Eso de entrar en un bar y no encontrarte con esa eterna capa de humo cuyo hedor se pegaba al pelo, ropa, pulmones, es una bendición. Se acabó llegar a casa tosiendo como un tuberculoso. Ahora se prohíbe, en recintos de más de 100 metros cuadrados útiles (nótese la sutileza introducida por la ley en cuanto que los metros han de ser útiles; vamos, que el almacén y la barra no cuentan) Mucho se ha hablado ya de los efectos nocivos del tabaco y no voy a ser yo quien vuelva a sermonearos con el tema. Simplemente os dejo estos descriptivos vídeos de una campaña anti-tabaquismo australiana. Si sois sensibles, no los veais, de veras, que son bastante... gráficos. Y de todas maneras, para los fumadores, aquí les dejo esto (haced click en el decálogo del buen fumador)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que por mí podían prohibir fumar en la calle. Sé qué los que fuman son adictos, pero yo no tengo la culpa. ¿por qué tengo que sufrir yo también? Lo que hace falta es que el Sistema Nacional de Salud financie los tratamientos antitabaco. Pero en el fondo es más rentable para el Estado que la gente fume...