31.10.09

The ocean machine was set at nine

Una persona, cercana a mi por sangre pero lejana por simpatía, se encuentra haciendo un largo viaje con el fin, al parecer, de comercializar ciertos productos. Accedí a su blog y leí algunas de sus entradas donde relata con bastante acierto literario las cosas que ha visto, hasta ahora, en el lejanísimo oriente. Sus historias finalizan con una cita célebre de algún historiador, escritor o artista, ayudándole a resumir sus sentimientos. Pues bien, la primera reacción que tuve al leer dicho blog no fue de alegría o emoción; conociendo como conozco a esta persona, fue de auténtica pena. Una pena, y digo bien, que haya tenido que recorrerse literalmente medio mundo para darse cuenta de que existe espiritualidad, miseria, alegría en los sitios más tristes, inmensidad en un mundo sin capitalismo exacerbado y cultura milenaria. Cuando aún era uno de nosotros (porque ahora, parece ser, esta a otro nivel más avanzado), no tena respeto por nada ni por nadie, anteponiendo su propio bienestar al de cualquier otros, incluidos sus sufridos y currantes padres. l, que nunca dio su brazo a torcer, que aún cuando la suerte le era adversa se pavoneaba por ser la mejor de las personas, que tanto hizo llorar a su madre, cabrearse a su padre y tantos y tantos disgustos propició a cuantos le rodeaban... ahora se da cuenta de que se puede ser educado, cortés, culto, leer libros, tomar de ellos notas y observar el mundo para conocerlo y respetarlo. Pena sentí, sin lugar a dudas, porque para hacerse un hombre de provecho (varios pueden dar fe de que no lo era antes) ha tenido que ver budas y ros gigantes, templos sagrados, millones de personas sufriendo y la grandeza del mundo frente a él.
Mi pregunta viene ahora: realmente era necesario que el viajase tanto para darse cuenta de todo ello? Si vuelve tal y como relata que es ahora, bienvenido sea. No obstante, mis dudas tengo, porque la soberbia no desaparece ni por todos los "intocables" del mundo. Y si no hubiese podido ir? Seguiría tratando la vida como algo suyo propio, para el, sin pensar en los demás? Acaso no es eso un poco... extraño? Es decir, me parece buena terapia de shock: ante grandes problemas, grandes soluciones. No obstante, el hecho de haber descubierto a tan avanzada edad que en el mundo hay grandes artistas que pueden servirte de referencia para explicarte, que hay culturas mucho mas espléndidas que la nuestra, que hay gente que aún hoy pasa hambre de verdad,... pues sinceramente, me parece que este muchacho no se ha parado mucho a mirar a su alrededor. De ahí que me parezca triste que un viaje le cambie la vida, que le haga darse cuenta de tantas cosas que aquí también hay, que desde aquí pueden verse. Tan solo es cuestión de dejar de mirarse tanto el ombligo. Claro que eso, para él, era algo imposible. Bienvenido seas, cuando vuelvas, si tus humos se han convertido en nieblas que se dispersan ante el sol de la iluminación.

4 comentarios:

NW dijo...

Es dificil que la gente cambie, pero no imposible. Ten fe, quién sabe, igual le dura el cambio... Aunque opino que nada más que vuelva a su mundo "de siempre" volverá a su comportamiento "de siempre"... Ya nos contarás que pasa cuando vuelva. Es triste que le conmuevan mas las lásgrimas y miserias de los extraños, que las de los seres queridos o, al menos, conocidos.

Lore! dijo...

Jajaja, esperemos que por lo menos le dure el cambio hasta que le llegue la madurez ;o)

geier_eins dijo...

Mal vamos si ha de irse fuera para darse cuenta de las cosas."Quien vence a otros es fuerte, pero quien se vence a sí mismo es poderoso", aunque para ello, no creo que sea necesario irse tan lejos para abrir los ojos.Lo que más me jode es que la gente vaya de "espiritual", o "Madre Teresa" cuando va a esos lugares, y aquí vuelvan a las andadas...me parece vomitivo.
Si quiere ejemplos, aquí, en esta ciudad, los hay a patadas...y si no os importa, prefiero no escribir más acerca de esto porque es incitarme al cabreo.
Saludos.

geier_eins dijo...

Siento ser tan directo, pero es lo que pienso...sin ánimo de ofender a nadie