5.11.10

Chondo, de nombre Estoica

Mi asombro ante la ignorancia por parte de los políticos, legisladores y demás hombres de poder en torno a nuestro Derecho parece no tener un minuto de respiro. Jurista como soy (científica del Derecho de pro, y lo declaro a los cuatro vientos) sigo aferrándome a aquella semilla, ya germinada, que allá por el año 1999 plantó un buen profesor de Derecho Civil en una clase magistral y excepcional que nos ofrecía a un puñado de admiradores a eso de las cuatro de la tarde. "En España hay diarrea legislativa. Que no hay nada que hacer? Vamos a hacer una ley!", aclamaba entre vítores y risas de los pocos afortunados que acudíamos a sus espectáculos didácticos. En fin, que hace algunos años salió una ley de partidos políticos que venía a decir que si apoyabas a los terroristas y desechos similares no podías presentarte a las elecciones. Huelga decir que la base de datos del legislador español, al igual que pasa con los DNIs, permite las duplicaciones. Creyendo que tan solo yo, una por entonces estudiante de Derecho con bastante imaginación y poco empuje, me había dado cuenta de tan magno error, agarré mi tan querida e ignorada Constitución y le di un repaso. No había terminado de plantear mis argumentos a mi círculo más cercano cuando un artículo en el periódico me daba la razón. Todo un señor catedrático había visto la luz (cegadora) tan obvia, precisa y sencilla que debió a cegar al legislador, impulsándole a tomar derroteros más oscuros y enrevesados. Trabajo perdido por no leer el artículo 22 de la Carta Magna.
Sin embargo, pese a tal vacío constitucional (porque se pasó de ella total y descaradamente), seguí confiando en la pirámide legislativa... hasta esta semana. Cuál fue mi sorpresa al leer otra noticia-apretón salida de la mente del hacedor de leyes-retrete español. La pirámide vuelve a sufrir otro empujón más quedando inclinada ya y sin opción de volver atrás. Claro, claro, lo hacen a favor de la igualdad, de la mujer y de todas esas cosas que ahora están tan de moda (en el papel claro, que luego siguen matándolas, pagándolas de menos y vejándolas allá por donde van) Pues bien, mis apuntes al respecto son los siguientes:

- artículo 109 del Código Civil
- artículo 55 de la Ley sobre el Registro Civil (actualmente en vigor)

De veras es tan importante ponerlo en la ley si la mujer, el hombre o el hijo, si es mayor de edad (o emancipado), pueden ir por su cuenta y riesgo al registro cuando le de la gana para cambiar y jugar con los apellidos? No hubiera sido más fácil decir "que se pongan de acuerdo entre ellos"? Es que nos hemos vuelto locos y son necesarias estas leyes que se meten en la vida de la gente? Anda que no habrá cosas en este país más importantes que legislar sobre la filiación y encima presentarlo como toda una novedad. Para mí, amante de los Códigos, de Kelsen y sus teorías de supremacía, y creyente de que la ley está para interpretarla más que para jugar con ella a los vestidos, ya no me sorprende nada. Lo malo es que parece ser que todos creen que son unos visionarios. Qué tristura!

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