Knutáceas a la vista, oh yeah

La escena es la siguiente: un grupo de chicas que pasea por el centro de Oviedo gritando y cantando canciones de una gloria de los años ochenta mientras sacan fotos a todo bicho raro con el que se topan. Entre chopobirthday y popopeich pasan el rato estas postadolescentes que encaran la madurez con humor y amor a todo aquello que se mueva. No os acerqueis a ellas, no las mireis, porque luego os caerá mal de ojo, bombas fétidas y numerosas catástrofes poligonométricas. Discos raros, canciones etílicas y poses lascivas a tuti plen colman de flores hermosas este jardín por el que nos podemos llegar a perder de mirar por la ventanita que abren hacia ese universo desconocido. Después de su incursión en tierras anglosajonas, el establecimiento de este peculiar concentrado lascivo hace peligrar las dosis de aburrimiento en el mundo cibernético. Con sus cánticos y sus alabanzas han atraido, no obstante, a unos visitantes que serán recibidos con abrazos, besitos y fiestas con globitos.