27.11.07
Otra maravilla de La Argañosa
Entre los muchos recuerdos musicales de mi infancia, se encuentra una canción que aún hoy no deja de sonar. Todos la conocemos aunque sea de tararearla y puede gustar más o menos pero fue un éxito en su día. Lejos de haber pasado de moda, Tino Casal se ensalza en los últimos años como personaje de vanguardia en una España en la que todo lo moderno se centralizaba en la movida madrileña. Desde tierras asturianas despegó un fenómeno imparable, inmejorable, atemporal que endulza aún muchas de nuestras salidas nocturnas. Con él llegó un estilo que sin duda seguiríamos sus enfervorizados seguidores, demasiado jóvenes aún para comprender a qué venían esas habladurías sobre sus preferencias personales o lo estrambótico de su vestimenta. Acaso importan las hombreras, los colorines cegadores o las mechas made by yourself que por entonces eran total? Si cierras los ojos y escuchas sus canciones siguen sonando igual de bien. Todo un genio que nos dejó, como suele pasar, demasiado pronto. Aún tenía ritmo para rato, de ahí que aún esté presente.
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