
Ahora hablemos del día a día de hoy. Hay guerra (tal cual) en Libia, Costa de Marfil, Siria, Afganistán y en otros muchos puntos del mundo hay revueltas por cuestiones políticas, religiosas, étnicas o deportivas. Hay miedo a que el IRA vuelva a hacer de las suyas en Irlanda del Norte. La radiación de la central nuclear de Fukushima provoca un debate a nivel internacional sobre si este tipo de energía es segura o no.
Ya en el plano personal, simplemente mirando alrededor. Hoy nacerán unos cuantos niños, varios millones de personas se enamorarán, otras varias morirán, algunos sonreirán y llorarán de risa con cualquier cosa. Habrá gente que encuentre a Dios y otros que sean felices olvidándolo. Gente que vaya a pasear con sus hijos y otros que no amanezcan hasta las cinco de la tarde sin recordar qué pasó ayer. Un día en la playa, en la montaña, limpiando, descansando, haciendo pan, vendiendo revistas, helados, camisetas o bebidas. Un escritor terminará su libro y otro renunciará a seguir con sus sueños de vivir de la literatura. Alguien tendrá una brillante idea para hacernos la vida mejor y un niño caminará por primera vez él solo.
Todo esto, absolutamente todo, esas pequeñas historias y esos grandes acontecimientos que todos debemos conocer me parecen muchísimo más importantes que el hecho de que un fulano no se vuelva a presentar a las elecciones y que a la oposición le parezca maravilloso. Que yo sepa, aún no han hecho nada para merecerse ni mi respeto ni mi ovación.
1 comentario:
que bien escribes... y qué razón tienes!
que más da churras que merinas si todo son ovejas...
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