JASP: jóvenes y aún sobradamente pringados (por no poner una palabrota)

Ante algunos periódicos que publican noticias pseudo-sensacionalistas se me plantean algunas meditaciones. Si la gente se va, no será por que simplemente aquí no hay nada? Acaso no es mejor que tengan trabajo y hagan algo productivo? O es que ser de una determinada Comunidad Autónoma implica estar parado o viviendo de las ayudas o renunciando a tus sueños profesionales solo por no moverte? No veo bien que se incida tanto en este tema, porque a la larga lo que va a haber es toda una generación de gente dividida: los que se fueron y los que se quedaron. Estos últimos echarán en cara a los primeros no haberse conformado con lo poquito y precario que había aquí, sino que abandonaron su casa para poder vivir. Pero es que vamos a estar toda la vida viviendo en el mismo barrio, viendo la misma gente, con papi y mami al lado para que nos llenen los tapers? Considero que tener estudios no te hace solo competente laboralmente, sino también personalmente.
La fuga de cerebros, por otro lado, acaso no es lógica? Incluso buena diría yo! Si exportamos gente inteligente es porque aquí hay buena educación, y si hay buena educación, las empresas querrán invertir dinero para luego llevarse a esos profesionales ya formados a su manera (vamos, para adoctrinarlos antes de que salgan al mundo real) Eso es bueno, porque la gente trabaja de verdad, en base a objetivos, con un jefe que está preocupado de lo que haces, cómo lo haces y cuánto tardas porque sino él pierde dinero. Problema existente: la mayoría de las empresas no invierten porque las instituciones públicas, entre las cuales cuento a la Universidad, meten la mano en cuanto suena la bolsa. Así se pierden a las empresas y a los alumnos, que ven cómo sus estudios podrían haber sido mucho más fructíferos en cualquier otro sitio.
Visto así el panorama se pueden llegar a muchas conclusiones pero si nadie hace nada, nos quedaremos igual. La gente que se marche seguirá siendo proscritos de su tierra (prrffff) que anhelaban una vida digna después de tortuosos años de estudio, becas mal pagadas, trabajos basura y ver cómo los enchufados, sindicalistas, politicuchos y similares trepaban y ascendían. Los brillantes estudiantes seguirán emigrando incesantemente, porque para eso son los más listos y saben que aquí, poca cosa les pueden ofrecer. Y a los que aún tienen miedo de pasar el Huerna, solo una cosa: suele estar más despejado al otro lado del túnel.