Acaso alguno de vosotros, intrépidos lectores de mis disertaciones y paranoias mentales, es partidario de hacer ahora lo mismo que entonces? Claro, claro, vuestra primera respuesta es automática y muy inteligente: por supuesto!!! Ahora bien, paraos a pensar. Cuánto hace que no vais a los mismos sitios que entonces? Cuánto hace que olvidasteis a ese amor adolescente que hacía que vuestras hormonas saliesen disparadas? Cuánto hace que no mirais a vuestro alrededor un sábado? Homer Simpson dijo una vez, y cito textualmente, hace tiempo estaba en la onda. De repente, la onda cambió, y me encontré que ya no estaba en la onda. La onda es extraña y terrible para mí. Todo se puede resumir en eso, más o menos. En efecto, las modas tanto musicales como estéticas de la juventud de este joven siglo XXI hacen que ponga las muecas más sorprendentes al verles aparecer ante mí. Será que solo veo a gente rara? O será más bien que me parece rara? Muy atrás quedaron los pantalones vaqueros rotos o las camisetas negras, desterradas por los pantalones cagaos y las camisas frunciditas que dejan tan poco a la imaginación. La música, de sobra es conocido que es un medio tan cambiante como la solvencia económica de los artistas y sus casas discográficas, no obstante, alguien se ha comprado algún disco últimamente de uno de estos cantantes modernos? Entiende alguien por qué la fusión de estilos nos suena a estruendo pueril y desmotivado? Ya no hay buenos grupos? Ya están todos jubilados? Tan mayores se han hecho nuestro ídolos de juventud? Horror!
Nuestras prioridades ya no están, pues, marcadas por salir y hacer lo mismo que hacíamos entonces; simplemente porque no podemos volver a hacerlo, porque seríamos un elemento extraño en la movida de esta época. Atrás quedaron nuestros años dorados, bañados por calimocho y botellón, por los inicios de la música chunda chunda y el final de las horteradas de los ochenta. Una época preciosa, verdad? Es agradable recordarla, con un café y viendo la tele.
1 comentario:
hay quien sigue esperando al finde para agarrarse una curcia... lo bueno de ser "mayor" es que te la puedes pillar entre semana si te apetece, así, sin mas! jejeje
menos mal que la vida cambia, ahora los cocteles y la cerveza sustituyen al jugo de gumibaya del ave turuta, el trivial sustituye al hombre azul del paddock, mayuyi ya no tiene hipo, no soy la que más pronto vuelve a casa obligada, y voy a menos conciertos que antes (esto es esencialmente malo, salvo por el echo de que los conciertos que hay son espeluznantemente tediosos)
no soy la misma que hace años, pero me lo sigo pasando igual de bien, la misma sensación de alegría y bienestar con lo que hago... que más da la indole de nuestra diversion!
bsin loca disertadora paranoide!!
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