... te ataré y te hartaré de palos...
increible!
29.9.07
27.9.07
Así queda una de escucharlos toda la semana
Verdaderamente, poco más se puede esperar de la música alemana después de haber escuchado a este grupo que si bien es entretenido visualmente, su pronunciación (pronunciachón) está sacada del más chungo de los barrios berlinenses. En fin, todo un delirio de ritmos bastante bien acompasados, algo de electrónica, letras extrañas pero sugerentes y un cantante ex-nadador y consciente de la polémica que levanta su presencia, hacen de este el grupo alemán que todo el mundo conoce. Claro, claro, qué bonito es repetir hasta la saciedad sus letras sin enterarse de lo que dicen, pero oye, parece que uno sabe de lo que va. De las canciones más bonitas que tienen están las de amor (sí, sí, de amor) que ni el mismísimo Enrique Iglesias; entre otras cosas porque son ellos los que cantan, tocan y escalan, sin dobles. Y luego son muy grandes, aunque a veces se hagan pequeñitos para mostrarnos la cruda realidad de los cuentos infantiles. Todo un derroche de originalidad que se ve tan solo superado por algunos fans a los que el tiempo libre les da para más que a mí, la verdad.
23.9.07
21.9.07
It´s only a car, but I like it
Eso dicen, que solo son coches. Pero, acaso no tiene algo especial ese medio de transporte que durante tantísimos años ha estado con nosotros? Desde aquellos primeros automóviles cuya fuerza motriz consistía en el vapor hasta los modernísimos motores híbridos, hemos avanzado una barbaridad. De los clásicos a los modernos construidos con pseudo piezas de lego. Todo son mejoras! Para el año que viene hay una cita ineludible en la capital del reino; mientras llega, abriremos boca conociendo de dónde venimos, en el caballo de san Fernando, eso sí.
17.9.07
Por hacernos sonreir
No les podemos reprochar nada. Lo hareis? Pues muy mal, porque nos han hecho sentir la emoción que el gran deporte de este país ha dejado olvidar entre cortes de manga e insultos. Porque con ellos llegó la ilusión, las comparaciones, la alegría y la juventud. Parece que los niños juegan ya por afición, no por la fama. Ellos lo han hecho, lo han conseguido. Que todos estemos pendientes de un balón, de un salto, de una muñeca y una mano. Se para una a pensar y casi casi que prefiere que sigan ahí, en un rincón, sin ser molestados. Ya eran grandes cuando miramos hacia ellos. Y los que habrá más allá de los verdes campos del balompié.
10.9.07
Hay que saber cuándo retirarse a tiempo
Igual son cosas mías, pero poco a poco nos vamos haciendo mayores. Y no mayores en un sentido negativo, aunque tampoco demasiado positivo. Atrás quedaron esos años en los que la única meta era que llegara el fin de semana para salir, ver al chico/a que nos gustaba, enrollarnos con él/ella, levantarnos tarde y esas cosas que uno hace cuando su única preocupación es que no le llamen margi en el recreo. Y a pesar de todo, pasaba. Aquellas tardes estivales quedaban llenas de risas y gamberradas, regadas con buenos refrescos más o menos alcohólicos y subidones de azúcar. Apurábamos cada segundo antes de la vuelta al cole/insti saboreando aquel dulce momento de libertad, que sin duda se repetiría al sábado siguiente. Vamos, que todo era despreocupación absoluta ante el futuro que nos acechaba agazapado en una esquina cual vulgar ladronzuelo de carteras. La visión platónica de la juventud se me plantea después de haber visto en tan pocas horas lo que se puede llegar a ver en una ciudad tan pequeña y desapercibida como la insigne capital asturiana. Ay, las borracheras guardadas detrás de unos pelos enmarañado, las contravenencias con las leyes de ruido, salubridad o seguridad locales, las obscenidades escandalosas y ofensivas. Que todo se acaba es algo que sabemos y ciertamente no da pena. Por lo menos a mí no.
Acaso alguno de vosotros, intrépidos lectores de mis disertaciones y paranoias mentales, es partidario de hacer ahora lo mismo que entonces? Claro, claro, vuestra primera respuesta es automática y muy inteligente: por supuesto!!! Ahora bien, paraos a pensar. Cuánto hace que no vais a los mismos sitios que entonces? Cuánto hace que olvidasteis a ese amor adolescente que hacía que vuestras hormonas saliesen disparadas? Cuánto hace que no mirais a vuestro alrededor un sábado? Homer Simpson dijo una vez, y cito textualmente, hace tiempo estaba en la onda. De repente, la onda cambió, y me encontré que ya no estaba en la onda. La onda es extraña y terrible para mí. Todo se puede resumir en eso, más o menos. En efecto, las modas tanto musicales como estéticas de la juventud de este joven siglo XXI hacen que ponga las muecas más sorprendentes al verles aparecer ante mí. Será que solo veo a gente rara? O será más bien que me parece rara? Muy atrás quedaron los pantalones vaqueros rotos o las camisetas negras, desterradas por los pantalones cagaos y las camisas frunciditas que dejan tan poco a la imaginación. La música, de sobra es conocido que es un medio tan cambiante como la solvencia económica de los artistas y sus casas discográficas, no obstante, alguien se ha comprado algún disco últimamente de uno de estos cantantes modernos? Entiende alguien por qué la fusión de estilos nos suena a estruendo pueril y desmotivado? Ya no hay buenos grupos? Ya están todos jubilados? Tan mayores se han hecho nuestro ídolos de juventud? Horror!
Nuestras prioridades ya no están, pues, marcadas por salir y hacer lo mismo que hacíamos entonces; simplemente porque no podemos volver a hacerlo, porque seríamos un elemento extraño en la movida de esta época. Atrás quedaron nuestros años dorados, bañados por calimocho y botellón, por los inicios de la música chunda chunda y el final de las horteradas de los ochenta. Una época preciosa, verdad? Es agradable recordarla, con un café y viendo la tele.
7.9.07
6.9.07
A partir de hoy, ya tiene quien le cante
Hace diez años ya que no está, y la vida sigue, inexorablemente. Un poquito más triste pero también un poquito más esperanzada. Todos la tenemos muy presente porque hizo mucho más que las poderosas potencias que mueven dinero e intereses. Tan fácil como dar un abrazo, cuidar a los que lo necesitaban, esparcir amor allá por donde iba, no imponer sus ideas, pasar desapercibida como cualquier otra. No lo consiguió. Con su aspecto débil y frágil consiguió abrirse paso por el peor de los sitios, por el que debería ser paso de todos los occidentales para darse cuenta de lo bien que vivimos. Para aprender qué es la humildad y la humanidad. Que todos somos iguales, que nadie es diferente por su religión o por sus enfermedades. Que todos podemos seguir adelante con perseverancia, haciendo de cada día una verdadera alegría por estar aquí. Cada vez que pienso en ella me entra vergüenza por todo lo que tengo y lo poco que tenía ella. Por lo mucho que me quejo, por lo mucho que queda por hacer y que aún nadie ha concluido. Me entra miedo, también. Y me da esperanza, porque en medio del más inmenso de los calvarios, en mitad de ese valle de lágrimas y enfermedad, surgía de la manera más natural, la calma y la serenidad, la seguridad y el apoyo en forma de tela blanca y azul. Quién dijo miedo, verdad?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)